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| Adolpho Arrieta este año en Cinespaña. |
Andy Warhol, Margerite Durás, Florence Carrez, Serge Gainsbourg... Son algunas de las personalidades con las que Adolfo Arrieta (1942) compartió generación, noches psicotrópicas, inquietudes, películas y creatividad...
Un Cine surgido del underground
Habiendo cultivado previamente la pintura, Arrieta descubrió el séptimo arte en los cineclubs madrileños. Jean Vigo y Jean Cocteau fueron los cineastas por los que el joven Arrieta se sintió más influido; y "Zéro de conduite" la película que más le marcó.
Un Cine surgido del underground
Habiendo cultivado previamente la pintura, Arrieta descubrió el séptimo arte en los cineclubs madrileños. Jean Vigo y Jean Cocteau fueron los cineastas por los que el joven Arrieta se sintió más influido; y "Zéro de conduite" la película que más le marcó.
Los comienzos de Arrieta en el Cine se sitúan en el surgimiento del movimiento underground, corriente caracterizada por una actitud muy rebelde contra el orden prestablecido. Fue allá por los años 60, década en la que se inaugura en España un controlado aperturismo con el fin de atraer a los turistas extranjeros. En este sentido, recuerda Arrieta: "más que tolerancia había una especie de ignorancia hacia las Vanguardias, que se encontraban concentradas en guetos".
El Cine aprovecha también esta oportunidad de libertad de expresión y se rebela contra la industria hollywoodense. Es el momento de Saura, Berlanga, Bardem, Gonzalo Suárez... un Cine conocido por ir contra el sistema. Pero Arrieta advierte que "no hacía su Cine desde las Vanguardias por rebeldía sino porque era la única forma de hacer películas". También admite no tener prejuicios y admirar algunas de estas películas industriales como "Un tranvía llamado deseo" o "Cantando bajo la lluvia". Así, se convirtió en el cineasta underground considerado pionero del Cine independiente, tanto en España como en Francia donde realizó parte importante de su producción. Lo cuenta con modestia: "No era yo el original, sino el momento".
El crimen de la pirindola
El crimen de la pirindola
El cineasta comenzó su obra cinematográfica con el cortometraje "El crimen de la pirindola" (1965), pieza rodada en Madrid en la que su amigo Xavier Grandes jugaba con una de estas míticas peonzas. La película, introducida en Francia gracias a una crítica "ditirámbica" en Cahiers du Cinéma, tuvo mucho éxito en el país vecino. Con su segunda pieza "Imitación del ángel" (1966), y vista la acogida francesa, decidió mudarse a París, donde tuvo ocasión de vivir los acontecimientos de mayo del 68. Su cine continuaba marginado en España, "igual que ahora y que todos los que intentan hacer Cine al margen de la industria". Una "censura" que cree que "en España se aplica no sólo al Cine sino a todos los ámbitos culturales".
A estas dos piezas cortas, entendidas más bien como ejercicios estilísticos, les siguió su primer largometraje "Le jouet criminel" (1969), asociado al cine de Cocteau por su carácter poético. Después vendrían "Le château de Pointilly" (1972), que sería su primera película de estreno en las salas francesas, "Tam Tam" (1976), una fiesta ininterrumpida en Nueva York, París y España; y "Flammes" (1978), historia de una fantasía sexual de la infancia que se convierte en una pasión real en la etapa adulta. Es esta última pieza junto a "Las intrigas de Sylvia Couski" (1974), que recibió de manos de Jonas Mekas el Grand Prix del Festival de Toulon en 1974 por ser considerado el primer film underground parisino, las obras que han sido exhididas este año en Cinespaña en presencia del propio Adolpho Arrieta.
Una idea einsteniana del tiempo
Una idea einsteniana del tiempo
En lo que concierne a la forma de sus películas podemos decir que existe un método Arrieta, aunque explica el artista que "cada película se hace con su propio método". Cámara de película en 16mm, filmando Madrid y París a 18 imágenes por segundo, sin guión predeterminado, un proyector casero, unas tijeras, y unos amigos surgidos de la movida madrileña y la Bohème parisina que interpretan a los personajes de sus películas con cierto toque almodovariano; envueltos en una estética peculiar. Cine artesanal que rezuma un singular aire de libertad, a través de un lenguaje sinceramente poético, al margen de las convenciones narrativas. Todo gracias a una época energética y de cambio que cree que "nunca se ha repetido". También en el ámbito del Cine que "con el fin del celuloide y la aparición del digital se ha acabado. Aunque por otra parte se ha hecho más accesible y se siguen haciendo maravillas. El problema es la imposibilidad para la exhibición".
Su próximo proyecto, una versión de La Bella durmiente a la que rodea "una idea einsteniana del tiempo" promete ser bien surrealista. Pero si no puedes esperar, todas sus películas saldrán próximamente en un cofre de DVD´s lanzado por la distribuidora y editora de cine Intermedio. Arrieta finaliza la entrevista acentuando que: "Cada uno debe hacer el Cine que uno quiere. Es una forma de expresión libre como escribir, como pintar... sin reglas, dentro o fuera de la industria. Donde tienes que transmitir tu propia emoción". Y lo compara con un bolígrafo "No todo el mundo es escritor, pero todos nos podemos expresar con la escritura".

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